sábado, 11 de septiembre de 2010

ENSAYO PARA EL MÓDULO 1 DE SISTEMAS DE FORMACIÓN VIRTUAL

CRUZANDO LA FRONTERA ENTRE LO TRADICIONAL Y LO DIGITAL EN LA EDUCACIÓN PERUANA
La educación peruana del siglo XXI, no escapa al contexto general de la realidad de nuestro país, marcado por una incapacidad permanente para enfrentar los cambios de la globalización y un nuevo paradigma de vida, caracterizado por la versatilidad del cambio y del nuevo cambio. Si lo antiguos modernistas y vanguardistas de fines del siglo XIX e inicios del siglo XX despertarán se asombrarían de la facilidad con que las cosas dejan de ser actuales para convertirse en pasado; basta describir  algunos ejemplos: el celular de moda pierde esa categoría en no menos de seis meses, la música de moda deja de ser “cool” para nuestros jóvenes en no menos de tres meses y así podríamos pasar párrafos y párrafos para contar ejemplo tras ejemplo, el centro de reflexión que pretendo abrir es el hecho de asumir que nuestra sociedad en general no está  preparada para está forma de vida  globalizada; pero ello no es una casualidad, diría yo es una consecuencia de una predeterminada intención de algunos grupos económico-sociales que trabajaron muy duro en las últimas décadas para que nuestras nuevas generaciones carecieran de algunas habilidades básicas del pensar, ya sea a través de los medios de comunicación, la currícula educativa en la escuela y la universidad, la destrucción de las costumbres familiares, etc.; es en medio de este panorama nada casual sino más bien causal, que se nos pregunta sobre el uso del mundo virtual en los procesos educativos, pero creo yo que en realidad deberíamos reflexionar sobre el uso de los procesos educativos por el mundo virtual. La pregunta sería ¿Qué sirve a qué? o ¿Quién sirve a quién?, creo yo, que los últimos intentos de pasar de un paradigma llamado tradicional a un paradigma virtual en la educación peruana, no han sido más que una especie de servilismo posmoderno de la educación al poder de la tecnología  de algunos grupos, no digo que no se deba tratar de cambiar ese paradigma o pasar de un modelo a otro, sino mi pregunta es ¿Cómo se debe pasar esa frontera entre el mundo tradicional y el inevitable mundo digital?, acaso no es necesario un  trabajo previo en el cambio de algunas características sociales, económicas, religiosas y morales, acaso no es necesario la adopción y/o formación de un modelo de ser humano distinto y distante de aquel del siglo XX. La respuesta a todas esas interrogantes me dan el motivo de las siguientes líneas. Cruzar el  límite del paradigma tradicional  hacia el paradigma virtual requiere pasos previos, requiere acuerdos sociales previos, en pocas palabras: El éxito de una propuesta de trabajo pedagógico en espacios virtuales, como cualquier acción en educación, depende de una tarea minuciosa y precisa en la planificación de la misma.

En base a lo planteado anteriormente sería bueno revisar por ejemplo, las palabras de Luis Jaime Cisneros sobre “Internet y la lectura” publicado en el  diario La República:  “... Bueno es meditar sobre la manera con que la escuela tiene que hacer frente al conocimiento en esta hora en que la globalización parece cubrir todas las perspectivas y en que los atractivos electrónicos parecen haberse convertido en competidores de la tarea escolar. Para empezar, debemos enfrentar la realidad con inteligencia, que es el arma esencial del ‘homus dialogicus’. Y debemos estar conscientes de que esa es la nueva realidad pedagógica… Lo que los programas de televisión y los numerosos recursos de Internet pueden suministrar (y hasta en grados de excelencia) es información y nada más que información. Pero el objetivo fundamental de la escuela es entrenar para buscar y adquirir el conocimiento. Para lograr su cometido, la escuela ofrece instrucciones para aprender a buscarlo y para analizar las distintas etapas de tal aprendizaje. Mientras todavía muchos creen que el secreto del éxito lo tienen los libros, que aseguran la verdad (y doy fe de que así fue en mi época escolar), la escuela debe empeñarse en que los alumnos se ejerciten, a partir de lo que el libro dice, en discutir y analizar el qué y el porqué de cuanto se lee. Esto obliga a reconocer que además de servirse de la memoria es necesario convocar a la inteligencia, y valerse del provecho de todo lo anteriormente leído, para arriesgar el análisis de los textos. Si no analizamos el porqué y el cómo de todo avance, no estamos encaminados en la búsqueda del conocimiento… No se trata de la ingenua creación de un curso de Crítica, que sería absurdo. La crítica no es un método que la escuela debe ofrecer. Es una actitud de la inteligencia que el alumno debe aprender a asumir, ejercitándose fundamentalmente en la lectura y el análisis de lo leído. Sin esa lectura, no hay posibilidad de pensar en una actitud crítica. Tampoco es función de la escuela crear ‘críticos’… Cuando alguien me pide ilustrar con un ejemplo estas ideas, pongo el caso siguiente. Leo un fragmento de teatro: o un pasaje de La Dorotea o un pasaje de Bodas de Sangre, de García Lorca. Y pongo el texto leído abierto al criterio de los estudiantes. Eso los ayuda a descubrirse ‘lectores’ de verdad. Ese primer aspecto de ‘actitud crítica’ lo refuerzo de inmediato con la lectura de dos o tres juicios sobre el texto leído. Los alumnos descubren algún tipo de coincidencias con sus exposiciones, lo que ayuda a que se reconozcan ‘lectores de verdad’. Al descubrir que un texto puede decir más de lo que aparenta su lectura descuidada, el alumno refuerza su capacidad de penetrar, con ayuda de la inteligencia, en el mundo del conocimiento. Y nosotros vamos a ayudándole a perfilar su actitud crítica. Se trata de comprobar que uno es capaz de comprender un texto aparentemente difícil si acierta con una correcta lectura. José Miguel Oviedo escribió: “Un crítico es un lector profesional que convierte lo que lee en un nuevo texto como parte de una tarea u oficio habitual”. La afirmación es válida y valiosa… Hay que hallarse en condiciones de trabajar con estudiantes que no tienen confianza asegurada en su propio ritmo intelectual. Necesitamos alumnos que estén listos para recibir el conocimiento con alegría. Muchas veces todo eso se logra como fruto de conversaciones y no de clases sobre una determinada disciplina. Para ofrecer enseñanza de calidad, el maestro necesita conocer al alumno…”. Estas palabras nos dan una idea clara de lo imprescindible que debemos tomar en cuenta en cualquier proceso de planificación educativa: la certeza de formar seres capaces de  pensar con sentido crítico, el objetivo claro de educar personas que utilicen el sentido común, que no es precisamente el más común de los sentidos, hombres que puedan por si solos diferenciar el bien del mal sin necesidad de que alguien se lo diga o aclare.

En cuanto a la planificación misma debería agregarse, también del  autor anterior, lo siguiente: “… Si hasta ahora todo parece haber fracasado, es porque nunca tuvimos en cuenta que el progreso implicaba cambios rigurosos en el sistema educativo, dado que los ideales que la escuela debía infundir no siempre eran los mismos. En muchos aspectos, algunos temas educativos ya existían en el siglo XIX. No advertimos que somos una sociedad anclada en un mundo en que se han deteriorado muchos valores y el dinero ha alcanzado inusitado prestigio. En esa sociedad se mueven nuestros estudiantes. Debemos trabajar para corregir muchas cosas, y para asegurar aquellos valores sin cuya vigencia la escuela carece de contenido educativo. Fundamentalmente, el trabajo escolar debe ayudar al alumno a ser (y a considerarse) persona…” creo que ello, las palabras de este autor, nos da con claridad la orientación de los cambios en nuestro camino hacia lo virtual.

Por   otro lado podríamos considerar las siguientes reflexiones de la Conferencia Mundial sobre la Educación Superior  :
Ideas clave para estrategias de acción
La problemática
Partiendo de la comprobación de que la introducción masiva de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación en todas las actividades de nuestras sociedades es un hecho insoslayable, resulta esencial para la esfera de la educación y de la formación beneficiarse rápidamente y de manera preferente del aporte de esas NTIC. Estas supondrán una revolución pedagógica cuya base será económica, cultural y social. Por otra parte, en el marco de la mundialización, la formación pasa a ser un mercado, conviene entonces abordar esta problemática teniendo en cuenta:
- la utilización de las NTIC en una combinación en "justa proporción" de las diferentes herramientas tecnológicas en la perspectiva de un cambio radical del costo de la enseñanza;
- la pedagogía que acompañará al nuevo paradigma tecnológico y permitirá:
- un aprendizaje asincrónico,
- una nueva relación entre los actores,
- una formación permanente a lo largo de toda la vida,
- una visión participativa del acto de formación.
Las condiciones del éxito:
En un futuro próximo, las nuevas formas de transmisión del saber deberán integrar a su dinámica:
- el reconocimiento de la diversidad regional,
- el codesarrollo,
- la excelencia científica,
- la propiedad intelectual,
- la posibilidad de transportar los contenidos pedagógicos,
- el enfoque de la calidad.
El nuevo docente, mediador del saber, debe entonces estar situado en un medio logístico eficaz, que le permita concentrarse en la competencia del aprendizaje de los contenidos científicos de su disciplina. Esta noción debe ser perfectamente tomada en cuenta por los responsables universitarios a fin de garantizar el éxito de la producción de educación. La gestión de la comunidad virtual debe reposar en una logística sólida relativa a los métodos, los procedimientos y programas lógicos, facilitadora de la transmisión de los saberes y de la relación entre actores.
Acciones
Conviene pues sensibilizar rápidamente a los responsables de la adopción de decisiones y formar a los actores en la práctica de estas nuevas tecnologías y su utilización en el acto de transmisión de los conocimientos. Conviene asimismo definir en común las herramientas programas lógicos de tipo "modelo", libres, fácilmente apropiables por parte de la comunidad científica universitaria y efectuar una reflexión común sobre la definición de actos de investigación ligados a esta nueva problemática.
Por último, es preciso actuar sobre las instituciones para que el nuevo papel del docente sea tenido en cuenta y reconocido por las diferentes instancias administrativas.
Ideas que  nos termina por delimitar el cómo trabajar la planificación de los cambios para transitar de lo tradicional a lo virtual.

Finalmente, la improvisación, el aceleramiento sugerido por otros agentes, ajenos a lo educativo, no son un buen referente para lograr nuestro objetivo de formar seres humanos. Si recordamos algunas de las preguntas iniciales: ¿Cómo cruzar una frontera e ingresar a un mundo totalmente distinto al que vivimos?, ¿Cómo no fracasar en las nuevas actividades a realizar si el contexto de las mismas es totalmente distinto al que teníamos en nuestro espacio tradicional? . En síntesis, creo que antes de la tecnología es necesario definir  ¿Para qué la tecnología? y ¿Cómo la tecnología?, lo que no implica detener el paso al mundo virtual, sino más bien agregarle esas condiciones al inevitable traslado de nuestra vida al mundo virtual.


BBLIOGRAFÍA Y WEBGRAFÍA
·        http://www.larepublica.pe/aula-precaria/24/01/2010/internet-y-la-lectura , Internet y la lectura , Luís Jaime Cisneros, La República, 25 de enero del 2010.
·        Castells, Manuel, La era de la información, Tomos I, II, y III, Editorial Siglo XXI, México, 1999
·        Elizondo (1994). Nuevas tecnologías aplicadas a la educación. En: Seminario Nuevas tecnologías
·        Loaiza Alvarez, Roger Facilitación y Capacitación Virtual en América Latina, Colombia, 2002
·        Lara, Luis Rodolfo, Análisis de los recursos interactivos en las aulas virtuales, Argentina, 2002

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